La historia de MORELET tiene su origen en las granjas de cocodrilo de México, donde, con paciencia y conocimiento, desarrollamos el arte de criar cocodrilos y seleccionar pieles destinadas a una de las casas de moda más exigentes del mundo.

Nací de la visión de Rafael Zarazúa y Marco Novelo, dos fundadores unidos por la
curiosidad y la convicción allá por 2012. Uno con más de dos décadas suministrando pieles de cocodrilo raras a una prestigiosa maison francesa; el otro, comenzando su andadura, buscando aprender y crear algo significativo.

Sin embargo, lo que inició como una empresa de proveeduría pronto se convirtió en algo más grande: la ambición de transformar un recurso extraordinario en una marca que redefina el concepto de exclusividad.

La búsqueda constante de generar valor agregado y una serie de acontecimientos clave nos llevaron a replantear nuestro camino. Pero no lo hicimos solos. La audacia, la determinación y el inquebrantable apoyo de quienes creen en nosotros han sido el motor de esta evolución.

En abril de 2021, esta visión tomó forma bajo un nombre que rinde tributo a nuestra esencia: MORELET. Un homenaje al cocodrilo moreletii, una especie cuya rareza y producción limitada la convierten en un verdadero tesoro. Mientras otras marcas recurren a pieles de especies comunes, nosotros ya teníamos lo excepcional.

Perseverancia, ambición y una dosis calculada de locura nos han impulsado a recorrer un camino que pocos se han atrevido a seguir. A finales de 2024, dimos un paso decisivo con la apertura de nuestra tienda en línea, llevando nuestra propuesta directamente a clientes que buscan algo más que un accesorio.

Esta no es una historia de modas, sino de tiempo. De priorizar la sustancia sobre el espectáculo. Y de creer que el verdadero lujo se construye, no se proclama.

Yo soy la voz de este viaje: de los fundadores, los artesanos, sus familias y aquellos que eligen piezas que cuentan una historia más profunda.

No soy solo una diseñadora. Soy toda persona que cree que el verdadero lujo reside en la profundidad, no en la ostentación. En el alma, no en la superficie.

Yo soy Andrea Morelet.